Algunos lithops no llegan a medir ni un centímetro y, aún así, están aguantando todo el invierno fuera de casa. Han soportado temperaturas bajo cero e incluso la famosa "ola siberiana". Eso sí, ha sido uno de los inviernos más secos que he conocido. Si hubiera llovido, no habría podido tenerlos en el exterior.
Como se puede apreciar en la foto, ya se están animando a hacer el cambio de camisa.